Hace un tiempo, encontré un blog en el que se explicaba a través de tutoriales, distintas maneras de hacer las materias primas caseras para nuestros jabones y cosméticos.
Lo leí de adelante para atrás, de atrás para adelante, creo que no quedó espacio por mirar. Es así que di con su tutorial de aceite de albaricoque y quise hacerlo.
El aceite de hueso de albaricoque es extraído de la prensión de la semilla del albaricoquero, nosotros aquí vamos a hacer un oleato de la almendra que se encuentra en el interior del hueso.
La almendra contiene un 40-50% de aceite. Este es similar al aceite de almendra y al aceite de durazno, que también son extraídos de los granos de la fruta correspondiente.
El aceite de albaricoque tiene numerosas propiedades para nuestra piel: tonifica, regenera, retarda los efectos del envejecimiento y devuelve la luminosidad a la piel.
Que mejor entonces que hacer un jaboncito con este aceite tan tentador.
Hoy le voy a explicar un paso a paso de como realicé, gracias a los consejos de Sonia, este oleato.
Antes que nada hice que durante unas semanas mi familia comiera damascos para guardar su carozo; así juntamos tres frascos.
Extraje del carozo la almendra que se encuentra en su interior, guardé algunas cascaras para luego triturarlas y poder utilizarlas como exfoliante en alguna preparación.
Luego trituré las almendras bien finas y las coloqué en aceite de oliva. Se pueden utilizar otros aceites, como el de almendra por ejemplo.
Además agregue un poco de vitamina E para asegurarme que no se enrancie el aceite, aunque este aceite ya contiene la vitamina naturalmente.
Dejar unos 40 días cuidándolo de la luz y moviéndolo de vez en cuando. Se puede hacer con el método en caliente también pero yo acostumbro hacerlo de este modo.
Una vez cumplido el plazo, filtrar el aceite y ya está listo para usar.
Espero que les haya sido clara la explicación y que se animen a hacerlo.
Gracias amiga por tus conocimientos y por tu generosidad de transmitirlos.